Recuerda, oh Virgen Inmaculada, las palabras que has dicho a tu devota y humilde, pero vacilante sierva, "Soy una Madre misericordiosa para ti y para todo tu pueblo que me ama, confía en mí e invoca mi ayuda. Escucho sus lamentaciones y consuelo en todas sus penas y sufrimientos." Te ruego que seas una Madre misericordiosa para mí, porque te amo sinceramente, confío en ti y invoco tu ayuda. Te ruego, nuestra Señora de Guadalupe, que concedas mi petición, si esta es la voluntad de Dios, para que pueda dar testimonio de tu amor, tu compasión, tu ayuda y protección. No me abandones en mis necesidades, pero ten piedad de mí. Amén.

Por favor, digan las tres oraciones de Ave María y entre cada una, decid: Nuestra Señora de Guadalupe, por favor reza por nosotros.